El país de los mariachis sucumbe al empuje del manga y el anime.
La afición mexicana se desvive por las aventuras de Full Metal Alchemist, Hellsing, los Caballeros del Zodíaco y demás épicas niponas. Las convenciones están llenas de cosplayers maqueados como sus personajes favoritos. El número de colecciones amenaza la tradicional supremacía de las mallas superheroicas. El número de lectoras, creciente, impulsa una industria que florece como los cerezos japoneses...
Del tema estuve charlando con un representante de Editorial Vid, tradicional casa de DC y antes también de Marvel en México (sí, antes publicaba a las dos grandes al mismo tiempo).
También me ofrecieron su visión Oscar González Loyo, la cabeza de Ka-Boom Estudio y su mujer y asistente editorial Susana Romero, que dedicaron un buen rato en el stand a contarme más sobre el panorama comiquero mexicano. Los Ka-Boom se hallan ahora en pleno proceso de expansión y tratando de bregar en una industria complicada con proyectos propios y autóctonos. Lo interesante es que sus proyectos van sobre todo encaminados a los nuevos lectores, los que empiezan en esto de las viñetas, y a desarrollar la historieta mexicana, desbarrada por el campo de la parodia y el absurdo desde hace tiempo.
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