Vaya mala ostia parece que tiene Miller (derecha). Acostumbrado a verlo en las fotos neutras e inmutables de la Wizard, verlo así, rapado, con expresión malévola y frontal aquilino, le da a uno miedo.
Para quien no lo conozca, Miller fue el precursor de la moda ochentera del cómic oscuro, sórdido, callejero, crepuscular. El hombre que narró el regreso de un Batman cincuentón, que tiró a Daredevil en un cubo infernal de desperdicios, que trajo a la vida la Ciudad del Pecado.
Casi parece uno de sus propios personajes. Bien podría aparecer en Sin City, como un pobre bastardo abandonado y rencoroso. O como soldado espartano arrastrado al destino fatal de 300. En esta foto tiene pinta de villano de Spiderman que, resentido contra la sociedad, usa su intelecto feroz para derrotarla. O de retorcido contrincante batmanesco, caído en desgracia y arrastrado a la desesperanza crónica.
Atravesando su mente desde sus ojos, no me cuesta imaginar su prosa desesperada, de noche oscura, de callejón solitario y acechante torvo. Serio, inteligente, sentado delante de una mesa preparado para bucear en los rincones donde nadie quiere mirar, a pesar de que todos saben donde están.
Quizás solo es un gesto de seriedad y cuando se levante a hacer café por las mañanas sea un hombre risueño, enamorado de su vida, su mujer y su trabajo, amante del buen vino y las charlas entre amigos. O quizás no.
La mayoría de sus antihéroes acaban por encontrar un rayo de luz en el vertedero. Marv encontró a Goldie, Daredevil tuvo a Karen Page, Batman a la nueva Robin, Hartigan a Nancy.
¿Y Miller, a quién encontró?
2 comentarios:
Se parece al Buitre de Spiderman. Un saludo.
Sí, la verdad es que habìa pensado lo del Buitre, pero por amor al Dark Knight me dije: ¡no voy a hacerle esto a Frank!
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