domingo, marzo 30, 2008

CANCION DE HIELO Y FUEGO 528

Todo el mundo me decía: "Después de leer Canción de Hielo y Fuego ya no puedo leer fantasía". Apoltronados en la borrachera, me contaban: "Cada capítulo está narrado desde el punto de vista de un personaje". Así que pensé: "Ostia, esto tiene que ser bueno, canela fina, el summun de la Fantasy, y aun no me lo he tragado". Así que aproveché la edición de bolsillo de Gilgamesh (el primer libro en dos tomitos por 9 euros) para comprobar si el tal George R.R. Martin que firma es el nuevo profeta fantástico en siete volúmenes.

Bueno. Pues nada nuevo bajo el sol. Repetición de retahilas de batallas épicas, héroes, dinastías, apocalipsis, villanos, y, como no, los mapas al principio, donde puedes situar con exactitud la Fortaleza de los Gavilanes del Crepúsculo. Y los glosarios finales para comprobar quien narices es el tal Tutimeonus VII, cuarto en línea a la sucesión del Trono de TocameRoque, conspirador maligno muy aficionado a los pistachos y que no se pierde una Pasarela Cibeles.

En casi 400 páginas sí, nos hacen un bonito retrato del personal, pero poco más. Quizá Dragonlance no sea tan profundo, pero al final del primer libro ya se había liado la de San Quintín varias veces y uno conocía bien a los protagonistas sin estar atento al color de cada uno de los hilos de su túnica. Incluso Tolkien, a pesar de pegarse un atracón de sociología hobbit en 111 páginas y describir hasta el color del viento, mueve su epopeya y hace al lector consciente de que es una bola de nieve que se viene encima. Establece la amenaza del Señor Oscuro y Feo Que te Cagas desde un inicio y va soltando cuerda poco a poco, en vez de lanzarte quinientas páginas de augurios estilo "los montañeses no paran de tirarse pedos al amanecer, mi Señor, la cosa parece grave".
Antes la Fantasía era un mundo hecho de mosaico de relatos, porque los escritores vendían su trabajo por narraciones; hoy son tochos de seis volúmenes llenos de paja, que es lo que pide el mercado. ¿Qué fue del esquema que triunfó entremedias, tipo 'en el primer libro te enteras del meollo; en el segundo, reúnes a los aliados y en el tercero a ostia limpia'?

Vale, que "Canción de Hielo y Fuego" es una partida de estrategia y hay que poner todas las cosas sobre la mesa. Pues, aunque engancha y me está gustando (¿no se nota?), espero que no sea como esos wargames llenos de fichas que tardabas horas en montar para jugar una partida chusca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo lo he empezado hace poco y la verdad es que me está gustando bastante. Ya estaba un poco harto de la simpleza de Dragonlance: pasa algo malo, van para allá (esto en 300 páginas) luego la batalla en medio párrafo y adiós. Pero bueno, se suele salvar porque sale Raistlin. Tolkien es tan cansino que no volveré a leerle jamás (excepto El Hobbit que en mi humilde opinión es infinitamente mejor, básicamente porque entretiene). Y de momento nada más, que acabo de conocer tu blog y me gusta, estoy venga a leer artículos anteriores. Ya me pasaré cuando inaugure el mío. Sigue así!!