domingo, noviembre 27, 2005

El eterno retorno de los dragones


Dragonlance vuelve, y vuelve, y vuelve... Weis y Hickman retornan a los orígenes con Dark Chronicles, una trilogía que verá la luz en 2006. La noticia no es nueva, pero sí la portada que presentará el primer volúmen, Dragons of the Dwarven Depths (traducible como Dragones de las Profundidades Enanas) y que acompaña a éste el fruto del sudor de mi chupete.

Parece que busca recuperar como lectores a todos los que nos perdimos en la continuidad de Krynn tras las Leyendas (y bien que nos trae al pairo el asunto). Dark Chronicles tira de raíces y actuará como un menú de escenas eliminadas de las Crónicas... Vamos, que contará cosillas que tuvieron lugar en los entreactos, que se dejó caer que habían sucedido, pero que no aparecían en la saga original... Más o menos como lo que hizo Byrne en su defenestrada X-men: Los años perdidos.

La primera entrega de la nueva tríada literaria narrará lo sucedido antes de la separación de los Compañeros de la Lanza en Tarsis. Muy entre brumas me parece recordar que se da por entendido al principio de La Tumba de Huma que los Compis of the Lance han recuperado el Martillo de Kharas después de una aventura en las profundidades de Thorbadin... ¿Me engañará mi Chupete Único? Sí recuerdo que en el primer suplemento de TSR para el juego de rol, algo así sucedía tras la caída de Pax Tharkas, pero me temo que mis originales fueron destruidos durante la última confrontación con Superlópez...

Como curiosidad, os dejo un enlace al Heraldo de Palanthas, con una guía sobre las mejores posadas, por si queréis preparar las vacaciones del año que viene. Palanthas, ¡turismo cultural y gastronómico!, que Camboya ya está más visto que Salou.

(A la Dragonlance le pasó como a Sardá, cuando prolongó las Crónicas, ¡se fue al carajo!)

viernes, noviembre 25, 2005

A vueltas con la novela gráfica


Ayer se hablaba de creadores, hoy toca formatos, aunque tenía un par de recomendaciones prestas. Otra vez será. La actualidad manda. En el blog sobre cultura "El Escorpión", que forma parte de la edición digital del periódico El Mundo, se incluía ayer una reseña sobre la novela gráfica "La ciudad de cristal", que adapta la novela de Paul Auster del mismo título (ambas editadas por Anagrama). El autor de la reseña hacía la siguiente reflexión:

La designación de novela gráfica suele dar a entender una traducción a imágenes, mientras el cómic vierte una historia autónoma donde la literatura es derivada (y a menudo de coña). Lo que han hecho Karasik y Mazzuccheli es diferente. Es como si hubieran abierto un ojo al lenguaje de la novela y hecho aparecer un mundo de imágenes posibles, replicantes, asociativas, no conscientes que actúan como un espejo de ‘Ciudad de cristal’.

Hmmm... no.

Vuelta a la Academia Espacial, cadete.

Una novela gráfica NO tiene porque ser una adaptación a imágenes de un texto (espero no interpretarle de forma demasiado literal). Y no es tampoco eso lo que la diferencia de un cómic-book (lo que aquí llamamos tebeo). La primera suele contar con ediciones más cuidadas y con mayor número de páginas, lo que le permite contar una historia autoconclusiva en un único volumen, aunque puede constar de varios (como la edición española de Box Office Poison, aquí Malas Ventas) . Y repito, NO se distingue por ser la adaptación de un texto literario. Eso también se puede hacer en un cómic-book que se publique de forma seriada. O en un álbum. O en un manga.

El cómic-book cuenta con menor número de páginas y suele tener carácter seriado, pero también puede ser autoconclusivo. Y no tiene por qué contener "literatura de coña". Igual que la literatura, que el cine, el cómic se divide en géneros, y hay obras buenas, malas y regulares. Sí es cierto que ha sido considerado tradicionalmente un entretenimiento frívolo o humorístico, por desconocimiento e identificación con una serie de patrones.

Con el fin de dignificar el medio, surge en los 60 una corriente de autores que busca crear otro tipo de historias. Europa la abraza -sobre todo con formato álbum- con personajes como Blueberry (Moebius) o Corto Maltés (Hugo Pratt), o con revistas como Pilote. Pero el formato de novela gráfica en sí nace en EE.UU. La mayoría coincide en que el padre fue Will Eisner (Nueva York,1917-2005). En 1978, Eisner publica Contrato con Dios, considerada primera novela gráfica. Aunque Harvey Pekar, cronista de su propia vida en sus albumes de American Splendor, recientemente llevados a las pantallas, proclama que fue el underground Robert Crumb quien se adelantó a Eisner con The Big Yum Yum Book (1975).




Quizás su apariencia más cercana al libro y su temática pueden hacerla más atractiva y "seria" a los ojos del adulto que no lee cómics . De formatos se podría hablar largo y tendido... pero éste no tiene por qué determinar el contenido de la obra. Las hay que hablan del Holocausto, de los malos tratos infantiles, y las hay de Spiderman y de los X-Men. El formato lo determinan autor y editor en base a la historia que quieren contar, al público al que la dirigen, a su distribución, al marco geográfico donde se pone a la venta...

Sí que puede decirse que se dirigen a un público más adulto, con mayor poder adquisitivo. Pero si cae una en tus zarpas con 10 primaveras y te la lees, no te pasa nada. Puede que no captes toda la profundidad de campo si es una obra compleja, pero eso te puede pasar igual leyendo el Born Again de Miller, el Götterdämmerung particular de Daredevil: un comic-book, en principio, sobre un tipo en pijama rojo que salta por los tejados.

Da igual. Ya tendrás tiempo de releer y sacar todo el juguillo.

(La novela gráfica de "La Ciudad de Cristal" ya fue publicada en castellano hace unos años por Ediciones La Cúpula, en tres cómics de 48 páginas c/u. La edición original americana fue publicada en 1994 por Sun & Moon Press y reeditada el año pasado por Picador en un tomo de 144 páginas)

jueves, noviembre 24, 2005

Kirby en el museo


Creo que fue Ditko, una de las vacas sagradas de la prehistoria Marvel, el que se oponía firmemente a que sus originales estuviesen expuestos en un museo. "El arte debe estar en la calle", decía. Me imagino entonces que se la traerá al pairo la exposición conjunta del Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y del Hammer Museum de California. Los originales de colosos como (arrodillaos todos) Jack Kirby o Milton Caniff adornarán hasta marzo sus paredes. Junto al Capi de Kirby vemos a Dick Tracy, al gato Fritz de Robert Crumb... así hasta un total de 900 obras. ¡Ole sus huevos!

Iniciativas como ésta son necesarias para que el comic sea entendido como cultura y no sólo como entretenimiento. Y para que los creadores ocupen el sitio que se merecen como artistas. Una de las intenciones de los responsables de la muestra ha sido meter el dedo en el ojo a sus colegas del MoMA neoyorquino, que en 1990 presentaban una exposición donde el cómic sólo servía como fuente de inspiración para artistas pop como Lichtenstein, que se forraban vendiendo sus viñetas pijillas, y negaba la importancia de los dibujantes.

Esta negación, que bebe del concepto del comic como simple entretenimiento de usar y tirar, no sorprende si se tiene en cuenta que, hasta hace unas pocas décadas, las editoriales se quedaban los originales del dibujante. Más de un autor ha tenido que presentar batalla legal para recuperar los suyos. Y hay alguno famoso por rastrear y lanzarse a la yugular de todo aquel que vende un original "robado".

Los originales, que son la sal de los Salónes del Cómic, auténticos museos del cómic vivientes, chispeantes, atronadores, caóticos y multiversales. A menudo, la calidad de un salón se mide por dos factores: los autores invitados y la calidad de las exposiciones. No han faltado críticas a aquellas que se componen de torpes fotocopias o están mal organizadas, sin información sobre la obra. Esos son los auténticos museos del cómic. Y donde, a menudo, es el propio autor el que ejerce como guía. Por y para la gente que los aprecia. A fin de cuentas, son los que luego van a rebuscar en los números atrasados de las librerías especializadas.

Más de un autor ha descubierto los salones de cómic como el principal zoco para vender sus trabajos, mucho mejor que a través de Internet, agentes, etc... ¿Te invitan a un salón? Pues te llevas unos cuantos dibujos y los vendes. Seguro que hay más de uno que se emociona al verte el careto y, si el precio es ajustado, paga a tocateja. Dejemos de lado la penosa experiencia con Neal Adams en Expocómic 2004: el tipo cobraba 100 eurazos por un bocetillo apresurado. Sería para financiar su rocambolesca investigación científica (de la cuál hablaremos otro día). Así, más de un coleccionista va creando su propia galería de arte de clásicos del siglo XX: un Conan de John Buscema, un Spiderman de Bagley, los X-Men de Pacheco... "Los voy a poner en la biblioteca, al lado del Van Gogh. ¡Es más, paso del Van Gogh!"

Dos modelos de museos del cómic. Dos maneras de entender el noveno arte. Complementarias. Aunque me apuesto lo que sea que Ditko me diría que antes expondría su obra ante un montón de frikis que en una muestra cultureta. Si me cogiera el teléfono.

martes, noviembre 22, 2005

Felicidades, Rachel




Para que veáis que no soy mala gente, voy a empezar con una felicitación.



Querida Rachel:

¡Muchas felicidades! Disculpa si llegan con un par de días de retraso pero uno no puede estar en todo. De hecho, y si te soy sincero, me sorprende que a estas alturas aún estés operativa. Convendrás conmigo, rapazuela, que la fecha de caducidad del modelo Nexus 6 deja bastante que desear. Vamos, que duran más los yogures pasados del súper de la esquina. Aunque alguno de tus compañeros aún vive después de muerto -al menos en el imaginario colectivo, o algo- gracias a lo que había visto más allá de Orión y de la puerta de Tanhäuser. ¿Sabías que el condenao se inventó la frase sobre la marcha? ¡Sí es que los hay listos, aunque luego se desparramen por la serie Z! ¡Hasta dejó plantado a un festival para hacerse un lifting! "La luz que brilla con el doble de intensidad es el doble de corta", decía tu Creador. O sea, la luz que brilla con dos cojones es mejor que un fluorescente que-sí-que-no, pero se gasta antes.

Espero que seas feliz junto a Deckard. Que le hayas borrado esa cara desangelada que tenía caminando bajo la lluvia. Que nos amargaba a todos haciéndonos pensar en ese momento bajo (grrr... Superlópez... vete al cuerno!). Que, por fin, haya encontrado el unicornio que le guiaba en sueños (aunque fuera sólo en la versión del director) ...¿eras tú? Os imagino lejos, lejos de todo, viviendo con sencillez como si fuerais un par de granjeros. Aunque supongo que a veces echarás de menos las luces de la gran ciudad. Y, que ya no vestirás tu traje negro de ejecutiva castradora, ni llevarás tanta tonelada de maquillaje. Eso que te ahorras. Seguro que ahora estás más guapa.

Y, ya que estamos, ¿qué tal la familia? Je, je, lo siento, no lo he podido evitar, ya me conoces, soy un cachondo crónico.

Un chupetón y que cumplas muchos más...


(El domingo cumplía años la maravillosa Sean Young, que interpretó a la replicante Rachel en Blade Runner, una obra maestra del cyberpunk basada en el libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick. Dos años después encarnaría a Chani, la compañera fremen de Paul Atreides en Dune- aunque con ese nombre podría ser la de Camarón. Por cierto, ¿cómo sería Blade Runner si hicieran un remake para palomiteros? Se abre el concurso de ideas. Un Chupete para la mejor.)

domingo, noviembre 20, 2005

Probando, probando...uno, dos, sí, hey...


Este soy Yo. Tchupón el Negro. El Siniestro. Creador de los Seis Chupetes Negros y del Gran Chupete Único. Estoy aquí desde antes de los albores de la humanidad. Sí, antes que tú. Y que tu abuela. Te preguntarás qué hago aquí. Sencillo. A cambio de un Chupete Blanco, los insensatos de White Smurf me han abierto sus puertas. ¡Qué fácil ha sido engañarlos! Los muy incautos cometieron el error de fiarse de mí. "Escribe sobre películas, cómics, juegos de rol y cosas de esas", me dijeron. Cómo si me interesara algo más que recuperar de una vez por todas los Seis Chupetes Negros. Aunque... hmmm... la verdad es que tenía que rellenar mi tiempo libre. Y yo también tengo mis inquietudes culturales. Esto de los chupetes está complicado, y quizás así pueda ganar adeptos para mi causa: hacerme con Todo.

Pero me estoy desviando del asunto. El caso es que, a partir de ahora, y gracias a Mí, tienes una valiosa referencia sobre cómics, cine, literatura, planes malignos y lo que se tercie. Espero que colabores. Que me escribas. O enviaré a mis esbirros a tu casa a por tus bestsellers y tu colección de la Patrulla X.

Nos llevaremos bien. Ya lo verás. ¿Ositos de goma, un chupachups, pipas, whisky, café, kolokolo...?